28 junio, 2008

Ustedes los ricos.

Hace mucho tiempo de la primera ocasión que vi esta película. Aún recuerdo el modo en que solía ver la televisión con mi papá, el tomaba asiento en un banco metálico y yo me sentaba sobre un tapete que usualmente estaba en el piso, al lado de su cama. Con toda tranquilidad, mirábamos cuantas veces pasaban las mismas películas; Pedro Infante, Cantinflas, Tintan y muchos actores que murieron incluso antes de que yo tuviera conciencia de ellos.

En algún momento me di cuenta de mis emociones, pues noté que las cosas me alteraban, las experiencias de cada personajes de las películas podían hacerme reír, asustarme, incomodarme o entristecer. Esta fue una de las que mas me conmovieron.

Aquí desde la muerte del jorobado, amigo de la gente de la vecindad, las escenas comienzan a tornarse en extremo dramáticas; la explosión, la desesperación de Pepe el toro, el descubrimiento del cuerpo inerte del pequeño, el alarido de la madre, todo pasaba demasiado rápido y cuando niño, sufría al no comprender por que el drama llegaba a ser tan vertiginoso.


Las ideas proyectadas me solían impactar, temblaba cuando le preguntaba a mi papá si El torito lloraba o reía, sosteniendo entre sus brazos el cadáver de su pequeño, muerto por asfixia y consumido entre llamaradas provocadas por un enemigo lleno de rencor. Sabia que lloraba, pero quise aclarar mi mente y soportar la intensidad de la imagen que nunca me abandonó mientras crecí.
Con el tiempo me entere de cosas que pasaron en esa filmación, como que Pedro Infante acababa de perder una hija y que durante la grabación pudo exteriorizar la terrible melancolía de perder un hijo. Increíblemente, no actuó esa escena, la vivió y quedo grabada.

Han transcurrido suficientes años en mi vida desde aquellos momentos, cuando me descubrí como un ser sensible. No me avergüenzo al decir que disfruto ser así, me emociono mucho con las cosas que pasan y esto me termina haciendo llorar con alguna canción, en los conciertos de The cure (Obvio), con mis películas preferidas y en momentos especiales. Supongo que comportarme de esta manera me ha dado el carácter melancólico que mucha gente ha podido descubrir en mi, viendo siempre el lado gris de las cosas, con un humor mas bien "ácido" y aparentando seriedad, cuando en realidad estoy en constante análisis de lo que pasa a mi alrededor.

Hoy volví a ver esta película y pude comprobar que aun me hace estremecer, solo que ahora las circunstancias han cambiado. Me ha tocado sentir lo mismo que Pepe el toro o Pedro Infante, pues reconozco la terrible sensación de vacío, el abandono y la incontenible tristeza de sostener el frágil cuerpo de un hijo muerto.
No se supone que esto pase. Los hijos deberían sobrevivir a los padres pues el vinculo de la vida aparentemente debería ser de esta manera. Pero cuando no ocurre, las mañanas soleadas se cubren con velos grises, no notas el sol, la cercanía de la gente, la vida que aun continua.

Fue un poco complicado abandonar la idea de que pudiste ser un buen padre, que habrías hecho tal o cual cosa por el beneficio de un hijo que no llego a conocerte

No hay cosa mas triste que la muerte de alguien joven.


PD. si alguien desea ver la pelicula y tiene tiempo para hacerlo, esta en youtube, dividida pero completa. Ahora en tv la pasan recortada y en medio de cientos de anuncios comerciales que honestamente, distraen demasiado la atención. Aqui dejo los links en orden:
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce

22 junio, 2008

Formalismos...

¿Como le dices a tus amigos que en esta ocasión te han defraudado?

Con esta intriga en la mente me he puesto a analizar ciertas cosas, pues algo por el estilo me ha ocurrido. Sé que de todas las personas que coexisten conmigo, frecuentemente parezco ser la peor, pero es fácil deducir que de quien se espera algo malo, no defrauda a nadie. No soy buena persona y lo sé.

Pero este fue un caso distinto, alguien que constantemente esta modificando su manera de vivir para ir dando paso a quien es en realidad, después de años de seruna persona ignorada y hecha a un lado por un mundito esquematizado y lleno de estereotipos a seguir, mas no a juzgar por nadie. Hasta que despertó del sueño. Poco a poco fue dandose cuenta que su vida sería mas autentica fuera de tal mundo, que sus defectos y virtudes se complementarian unos a otros al verlos con su propia optica y a partir de ahi, se sabria capaz de reconstruirse como una persona integra, inteligente, auto-suficiente y ajena a cualquier efecto de la influencia del mundo recien abandonado.

Y me di cuenta que era capaz de hacerlo, de llegar a donde se le antojaba. Así que hice lo posible por llenarle de entusiasmo, no de optimismo estúpido. Le hice ver una nueva filosofía de vida, una nueva capacidad de análisis con la que hacer a un lado los lastres de aquella etapa. Re-descubrimos juntos su capacidad de ser soez y altivo sin humillar, de conformar el mundo de acuerdo a lo que se obtiene de el y no de lo idealizable. Le vi crecer lo mas que ha sido posible y conozco sus alcances que están mucho mas allá del punto en el que se encuentra ahora.


Y sin embargo, me he topado con la absurda muestra de que vuelve a desear encerrarse en aquel letargo que llamaba vida. A pesar de todos mis consejos por que dejara eso como historia pasada, que notara por fin que había superado cualquier tipo de herida, que se supiera vencedor de un suceso sin precedentes en su propia vida, ha recaído en deseos absurdos y anquilosados sobre volver al pasado, haciendo a un lado sus logros, su manera de ser y dejando de una vez por todas la persona que admiré por el empuje y determinación con la que le vi existir mientras crecía.

Sé que posiblemente suene exagerado, pero me he tardado en pensar cada palabra que aquí aparece, pues se que leerá esto. No he querido reclamarle sin haber meditado y darme cuenta de que solamente tengo la sensación de estar terriblemente defraudado.

No odio nada y nunca he sido alguien que se llena de rencores fácilmente, pues he aprendido a manejar esa emoción tan vana y manipularla según quien la provoque. Y reconozco que en esta ocasión solo se trata de una molestia, de ver que lo andado se ha perdido, que he notado por fin que algo te falta y que no puedo dártelo.
No quiero seguirte aconsejando sobre el tema, al menos por un tiempo. Parece que has decidido descubrir por el método de acierto-error, aunque tu sabes que quieres recaer en el error de nuevo. Y ni siquiera es por que quieras superarlo, sino solo es por llenar un vacío del que no crees poder sanar. Un vicio terrible que ha dejado su huella y que te sientes incapaz de alejarte y aprender de ello. Simplemente quieres regresar a lo que estuvo por que le extrañas.

Y con esto, no trato de justificar la molestia que he sentido. Solo de cumplir con el formalismo de mostrarla y tratar de explicar por que diablos reaccioné así.

Pero al final de esto, ¿como se le dice esto a alguien? ¿Como explicarle que solo es mi opinión, auqnue deseo que la tomes en cuenta? ¿Que maneras existen que puedan mostrar que no pasará nada bueno de esto y que no quiero verla de nuevo sufrir daños que ahora podemos evitar?

De momento no lo sé...

Y tal vez, creo que debo buscar una opinión extra.