18 mayo, 2008

Examen...


Hoy por fin, después de un rato esperando que llegara, tengo de nuevo el examen de admisión a la Universidad Autónoma Metropolitana. Es una nueva alternativa que estoy tomando para acceder a una nueva gama de conocimiento que solo he conocido de modo autodidacta y que retomo por diversas circunstancias.

Es una rotunda necedad mía el inscribirme a un curso universitario. La verdad no lo necesito. Pero me agrada el ambiente curricular, donde recibes información directa de gente que tiene los conocimientos, que estas a lado de quienes ponen empeño en llegar a la finalización de un plan de vida y por ello, se empeñan en sacar un buen resultado. Aunque las actitudes son tan variadas como personas existen, claro. Pero me gusta el ambiente en las aulas, además de seguir aprendiendo.

Me he puesto terco con esta idea de continuar en la escuela. De hecho quienes me conocen mejor, saben que me estoy obligando a adecuar mi vida a el ritmo escolar. No me han convencido con argumentos ni con actitudes de que mi tiempo ha pasado y que lo que debo hacer en este punto de mi vida es trabajar para salvar la economía del resto de mi vida. Si por eso fuera, muchas personas no deberían haber cursado muchos grado de estudio, sino simplemente aprender a hacer negocios y tener éxito en ello.

Con este respecto, creo que la educación ha sido tergiversada en su objetivo. Ahora , todos piensan que uno termina una carrera universitaria para vivir mejor, tener mejor ingreso, asegurar su bienestar y de quienes estén con ellos y un sin fin de cosas que no suelen ocurrir. Leyendas urbanas indican que hay excelentes ingenieros, doctores, abogados, diseñadores, etc. trabajando como taxistas o microbuseros, dando con esto pie a pensar que no suele ser muy útil ser egresado universitario. Pasa también que en muchas (y en verdad son muchas) entidades de México, hacen falta profesionistas de todo tipo de conocimientos. ¿Por qué ocurre esto? Pues por que deciden que aseguran su subsistencia viviendo y acomodando su plan de vida en las ciudades, a costa de sus conocimientos, de su esfuerzo y el de sus familias, de las necesidades del país y la gente y de muchas situaciones que nadie asimila, pero que conoce.

Yo haré lo contrario. Aprovecharé el que tengo cerca una universidad, que estoy en plena disposición de hacerlo, que existen conocimientos que tengo interés en adquirir y que simplemente quiero aprender. Después veré si la licenciatura que elegí me resulta productiva económicamente hablando, pero ahora asistiré a mi examen con toda la intensión de aprobarlo.

Conforme pase el tiempo daré cuenta de mis actos y la consecuencia de decisiones como esta...