
Sucede que la inercia ha llevado mi vida, pues he recurrido al suave arrullo del desden por las metas. Me he cobijado en un permanentedejo de tristeza que, aunque no eterno, deja rastro en cualquiera que le acoje.
Ocasionalmente, cuando el cenit de la vida me muestra un climax esperado o tal vez insospechado, algo me ilumina el corazon, latente en capullo, sonriente por instantes. Aunque generalmente, nada pasa.
Y desconozco la oscuridad eterea, no recurro a lo que llaman melancolia pues creo que ahora esta se encuentra fuera de su maximo alcance. No es tiempo pues, de sufrir un disfraz que oculte mis pesares, pues los muestro como rasgo distintivo y general de lo que mi vida es...
1 comentario:
¿Y de aquí la distancia?
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