
Estoy en un sano punto en mi vida, la sima que buscaba.
Nada deseo, pues he reducido mis anhelos a lo que alcanzan mis manos.
Nada me lastima por que todo el dolor que puedo sentir ya se encuentra,
muy a pesar de mis deseos, dentro de mi corazón.
Ahora sé que vivo estoy pues mi sombra lo demuestra;
le cuenta al viento lo que hago o dejo de hacer,
la quietud de mi cuerpo o la distancia que no recorro .
Nada tengo pendiente, pues lo que viene no depende de mi.
Así que no sufro apremios, solo siento en mis manos el denso transcurrir del tiempo,
como si de un cálido y húmedo aliento se tratase.
No desconfío de nada, pues nunca nada podrá hacerme sufrir.
Mi vida se satisfizo, por el momento, de todas las lagrimas que venían.
Nada de ellas aparecerá por ahora.
Existencia fútil, te pertenezco.
No niego el apego ni la remembranza.
Disfruta mi romance, solo ahora.
Que renaceré en un instante, cuando no lo pensemos;
cuando deba venir este hombre nuevo,
comprobando cuan lejos estoy ahora de existir,
que sabemos que tal semilla mora ya dentro de mi.